Un espacio para la difusión de noticias, comentarios, crítica e investigaciòn en el área cultural del periodismo. Para tus comentarios, reclamos, insultos, sugerencias y demases, puedes escribir a: periodismoculturalchile@yahoo.es

Monday, September 25, 2006

El pecado de la intromisión

Por Valeria Gallardo Kemp

La palabra intromisión suena fuerte, especialmente cuando las intromisiones las hacen los gobiernos, sus presidentes o representantes. Últimamente este tópico no puede estar más de moda, y la moda política vende casi tanto como la farándula. Una verdadera lástima que tanto recurso, tiempo y espacios en los medios de prensa, sean destinados a polemizar respecto de estos temas.
Tengo la impresión, que este tipo de situaciones tiene un tanto agotada a la Opinión Pública chilena, que tal vez desearía escuchar, leer o sentir que existe más cabida en los medios de comunicación, sobre resoluciones más atractivas respecto de los problemas internos de Chile en materia de: educación, salud, vivienda...
Pudiera ser que en materia internacional sea más atractivo para la Opinión Pública chilena saber cuáles son las propuestas de la ONU para hacer de éste un organismo más eficiente en donde participen y se integren los países que por pensar distinto a las grandes potencias, no deben continuar siendo discriminados.
Y si de pecados políticos se trata; lo cierto es que el pecador más insolente que existe en este momento histórico en cuanto a entrometerse en la política interna de los países y en especial en el caso de América Latina, ha sido George W. Bush; lo cual además, ha acarreado consecuencias nefastas a nivel mundial. Dicho pecado es reconocido por todos los organismos internacionales que tienen voz en materia de Derechos Humanos, y por la sociedad civil que ha salido a las calles toda vez que se harta de tanta parafernalia política.
Parte de los vicios burocráticos que existen en los gobiernos mundiales tienen que ver con el desgaste en tiempo y dinero de tanta referencia protocolar, diplomática, reuniones apoteósicas con grandes cenas y pocos hechos concretos a la hora de dar soluciones. Ha sido un vicio de todos los gobiernos hacer mucho ruido y entregar pocas nueces existiendo tantas guerras, hambre y precariedad humana; y desde ese punto de vista la reflexión general debiera de ser, concretizar de mejor manera los acuerdos ya existentes y no perder tanto recurso y palabrería tratando de desacreditarse mutuamente.
Qué tan positivo puede ser para un país andar declarando “persona non grata” toda vez que existan diferencias de opinión por parte de otros gobiernos o personas. Y que los representantes del gobierno chileno, aceleren tanto su juicio.
Es un atentado a la libertad de expresión. En vez de poder llegar a un acuerdo dando ejemplo de una verdadera y óptima gestión diplomática acuerdos entre personas que, se supone, están calificadas para atender problemas, gestionar relaciones y entregar soluciones. Qué inversión más insana desde el punto de vista económico es tener casas diplomáticas entre países para desgastarse en descalificaciones en ciertos momentos o invertir tanto en adulaciones, encuentros y cenas, en otros.
La verdadera capacidad de un representante, debiera de medirse por su forma de enfrentar este tipo de conflictos y no, en realizar un cambios cada vez que existen diferencias de opinión.
El senador Larraín debiera de pensar qué es más “aceptable”: si vivir en un país donde no se tolera las diferencias de opinión, o uno donde se vea que sus políticos intentan solucionar los problemas. Y si es por justificar las maneras diplomáticas habría que preguntarse qué tan eficientes han sido estas maneras diplomáticas existentes hasta ahora por parte de Chile con otros países.
Cabría preguntarse además, hasta cuándo existirá en América Latina una diplomacia tan vacía exenta de soluciones reales, en momentos en que lo que más se necesita en la integración de nuestros países.
Si bien, ningún gobierno puede dejarse arrastrar por presiones externas pues si así fuera no existiría gobernabilidad, ningún gobierno puede aceptar la falta de libertad de opinión de quien sea que se dirija a un país que profesa democracia.
Señalo esto porque no se puede dejar de considerar que las aclaraciones o más bien dicho las retractaciones del embajador Delgado fueron bastantes más elocuentes demostrando gran humildad, preocupación y profesionalismo a la hora de pedir disculpas públicas al Gobierno de Chile. Lo que da cuenta de el gran ánimo y respeto que siente dicho representante en su deseo de resolver el entredicho.
La nota de la Cancillería chileña por su parte, señala que las opiniones de Delgado son “inaceptables”. Lo cual me parece un acto acelerado y prepotente sin antes mediar de mejor manera en el asunto. Sobre todo existiendo evidencias ejemplares de que en nuestro Chile la prepotencia de algunos políticos y ex generales cuando se han dirigido a la Opinión Pública Internacional, han sido más que inaceptables.
Sólo me quedo con el sentido común de Ricardo Lagos Weber, en su declaración respecto de cómo afectará el entre dicho en la votación de Chile:
_"No lo relacionaría de esa manera, son dos cosas distintas. Una es lo que en Chile debe ser la forma en que se desenvuelven los embajadores acreditados y otra cosa completamente distinta, la relación con el proceso de elección del representante latinoamericano en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", señaló Weber_
Desde el punto de vista humano: ni victimas ni victimarios; los señores gobernantes y representantes de ambos países debieran de demostrar más sabiduría a la hora de ejercer su trabajo, porque lo que ocurrió no ayuda a la integración internacional. Sobre todo en el sentido de saber expresar, de manera más elocuente, las ideas por parte de unos y de aprender a tolerar las diferencias de opinión entre países, por parte de otros. Nadie puede tirar la piedra dialéctica de la acusación, porque ninguno ha estado libre de pecado.
Desde el punto de vista político: lo ha dicho Annan, y lo han evaluado los analistas internacionales: la cuestión es clara independientemente de altercados diplomáticos, “la entrada de Venezuela sería ideal para comenzar el proceso de cambio, renovación y apertura que tanto necesita la ONU”, señaló Annan.
Después de todo, ha sido la “insolencia desafiante” de Venezuela, la que ha enfrentado la prepotencia intocable de un Bush que ha ejercido una impertinente y constante intromisión mucho más allá del horizonte diplomático.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home